Antes de nada quería felicitaros el nuevo año y espero que este año nos acerque un poco más a todos nuestros sueños.
La receta de hoy es un clásico, se puede comer en cualquier época del año, siempre apetece y se puede preparar con o sin cebolla. A pesar de todo esto, siempre me ha dado un cierto temor prepararla, porque a pesar de parecer una receta muy sencilla creo que no es tan fácil que salga realmente rica, pero he podido comprobar que cuanto más la preparo más le cojo el punto, así que si no la habéis hecho todavía, animaros!!!
Ingredientes:
- 1 kg de patatas
- 1 cebolla grande
- 7-8 huevos (según el tamaño)
- aceite de oliva
- sal
Preparación:
Pela las patatas y la cebolla, pica la cebolla y ponla a dorar en una sartén con abundante aceite.
Mientras tanto corta las patatas en dados no muy gruesos, sazónalas y añádelas a la sartén.
Cocina todo a fuego lento y remueve de vez en cuando para evitar que se pegue, el truco es que parezca que hierve el aceite, cuanto más a fuego lento y más tiempo de cocción más tiernas quedarán las patatas. Cuando estén blandas escúrrelas guardando el aceite.
Vierte en una sartén antiadherente un poco del aceite escurrido y ponlo a calentar, mientras tanto bate los huevos (añade sal al gusto) y añade las patatas con la cebolla bien escurrida, añade a la sartén.
Cuaja el huevo a fuego medio y bájalo para que no se queme, entonces es cuando tienes que darle la primera vuelta a la tortilla con la ayuda de un plato, vuelve a voltearla hasta que esté dorada por ambos lados.
En función de tu gusto déjala más o menos tiempo, a mi personalmente no me gusta que se vea el huevo crudo así que la dejo a fuego muy bajo más tiempo para que se haga bien por dentro.
Ya tienes tu tortilla lista para disfrutar, y si la dejas para el día siguiente está espectacular!!!!!